Pólizas de automóviles, incluido el Soat, las más usadas por los delincuentes para cometer sus ilícitos.
La captura y posterior judicialización, hace unas semanas, de una banda integrada por 16 delincuentes dedicada a defraudar a la industria aseguradora mediante el reporte de robos de carros para cobrar las pólizas, deja en evidencia que el ramo de automóviles, incluido el Soat, sigue siendo el preferido para golpear a esta industria, aunque no el único.
Cada año, las aseguradoras pierden entre 8.000 y 10.000 millones de pesos por cuenta del accionar de esos delincuentes, pero la cifra puede alcanzar con facilidad los 20.000 millones, si se tiene en cuenta que en ocasiones se detecta fraude en una reclamación, pero es difícil demostrarlo o la compañía prefiere pagar el siniestro y evitar el mayor costo que acarrea la investigación del caso.
Lina María Chacón Cancino, subgerente del Instituto Nacional de Investigación y Prevención de Fraude (Inif), señala que en Colombia se ha logrado una amplia reducción de este flagelo, pues se pasó del 47 al 7 por ciento en los últimos 12 años.
“Hoy, los delincuentes están siendo asesorados por expertos, son profesionales que conocen bien cómo opera la industria en materia de reclamaciones y pagos de siniestros, lo que hace muy difícil demostrar el ilícito, tanto para Inif como para las propias aseguradoras”, dice la experta.
Este no es un fenómeno exclusivo de Colombia. Un estudio elaborado por la firma de consultoría Accenture, revelado a mediados de junio pasado, indica que el fraude contra las aseguradoras en Europa deja pérdidas anuales entre 8.000 y 12.000 millones de euros (entre 20 y 30 billones de pesos) con una tasa de crecimiento del 10 por ciento anual. Allí, el indicador de fraude oscila entre 5 y 10 por ciento; en Estados Unidos está entre el 10 y el 20 por ciento, y en países como Brasil alcanza hasta el 25 por ciento, señalan otras estadísticas del mercado.
Las cifras también revelan que en otras economías el sector de vehículos está entre los más afectados.
En el Reino Unido, del total un 17 por ciento corresponde a ese ramo, en Estados Unidos es el 50 por ciento y en España el 73 por ciento.
Chacón Cancino sostiene que en Colombia no es fácil la lucha contra este flagelo, que golpea no solo a las compañías sino a quienes toman pólizas, pues el fraude eleva los costos, genera exclusión y endurece las condiciones para acceder a los seguros.
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